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El psicólogo y el fisioterapeuta son dos perfiles profesionales que se han ido integrando de forma progresiva en nuestra sociedad: cada vez más ciudadanos acuden a estos servicios que forman ya parte de nuestro estilo de vida pero, ¿aprovechamos todo el potencial que son capaces de ofrecernos? Cuando experimentamos dificultades o problemas personales de tipo emocional o nuestro hijo presenta un problema de comportamiento acudimos al psicólogo. Del mismo modo, con frecuencia se recomienda un tratamiento fisioterápico para reducir o mejorar diferentes dolencias físicas. A nadie escapa ya que ambos aspectos conforman de forma simbiótica lo que somos.

• ¿Deberíamos pues tomar en consideración las repercusiones mentales que puede presentar una persona con una dolencia física?
• ¿Tendría que tomarse en consideración el trabajo que realiza el fisioterapeuta en determinados tratamientos psicológicos?
• ¿Pueden trabajar de forma coordinada?

En esta ponencia se trató de reforzar e impulsar esta idea con objeto de facilitar el apoyo y la continuidad en el tratamiento a diferentes patologías entre estas dos disciplinas.