Cuídate para cuidar.
Se define al cuidador/a como
“aquella persona que asiste o cuida a otra afectada de cualquier tipo de discapacidad, minusvalía o incapacidad que le dificulta o impide el desarrollo normal de sus actividades vitales cotidianas o de sus relaciones sociales” (Flórez y Andeva, 1997).
Esta labor de ayuda, que es desempeñada de manera frecuente por familiares o personas cercanas que tienen un vínculo afectivo con la persona dependiente, resulta en ocasiones penosa porque s upone una carga difícil de sobrellevar, no solo física sino también psicológica. Una experiencia prolongada en el tiempo que exige una reorganización familiar y laboral en función de las tareas de cuidar.
Cuidar supone:
- Perder libertad.
- No tener horarios.
- No tener tiempo libre ni para la familia ni para los amigos.
- No disfrutar de vacaciones.
- Realizar un esfuerzo que no recibe ninguna recompensa, a veces ni agradecimiento.
- Sentirse solo, triste, preocupado
- Dificultades para conciliar el cuidado de l familiar con el trabajo
- Que el rendimiento laboral se vea afectado por la sobrecarga de cuidar
- Sufrir, por saber que el final será duro, que no habrá solución y que tendrá que tomar
- decisiones difíciles.
- Problemas de salud física y mental.
Una cuidadora o cuidador se enfrenta a cada situación de Dependencia de manera diferente. Cada persona posee estrategias de afrontamiento distintas para abordar las situaciones negativas, pero cuando la persona no es capaz de adaptarse a las circunstancias de una manera positiva aparece el llamado “Síndrome del Cuidador”, que se manifiesta con síntomas como: nerviosismo, estrés, tristeza, disminución del apetito, dolores, sudoraciones, taquicardias, trastornos del sueño, falta de atención, problemas de memoria, afeccione s de la piel, reducción del rendimiento laboral, automedicación, disminución del autocuidado, etc.
Para poder cuidar es necesario cuidarse a uno mismo/mantener un buen estado de salud, sentirse bien a nivel emociona l y tener calidad de vida. Esto se traducirá en prestar una atención de calidad a la persona dependiente
La persona que cuida necesita:
- Cuidar su salud, a nivel físico y psicológico
- Orientación e información para entender la enfermedad y problemas de salud de la persona dependiente
- Conocer en términos realistas las posibilidades de recuperación, rehabilitación y reinserción en la vida cotidiana
- Conocer los recursos disponibles a los que puede recurrir para facilitar el cuidado
- Recursos para tener a su familiar cuidado y poder continuar con su vida
- Escucha, comprensión y apoyo
- Orientación, información para entender sus sentimientos, emociones, preocupaciones y estrategias de afrontamiento
- Tiempo libre
- Aprender a pensar en su bienestar
- Autocuidado y orientación para realizarlo
- Mantener la vida social
- Conocer sus límites y aceptar que no puede con todo
- Aprender a pedir ayuda
- Que su esfuerzo y dedicación sea valorado
Desde la Psicología llevamos años proporcionando ayuda y apoyo a los cuidadores a través de:
- Planes de prevención e intervención psicológica para los cuidadores con el objetivo de proporcionar calidad de vida integral.
- Información, asesoramiento y formación de ca lidad y actualizada.
- Apoyo y atención psicológica, estrategias de conducta, toma de decisiones y fomento de la autoestima a cuidadores, tanto a nivel individual como parte de un equipo interdisciplinar.
- Investigación y del conocimiento científico actual so bre sistemas de seguimiento y control de los índices de prevalencia e incidencia; patologías asociadas; índices de mortalidad, sexo, edad y perfil de cuidadores; problemas de salud mental asociadas a las tareas de cuidado; impacto emocional, social y familiar.
Hoy 5 de noviembre, con motivo del Día del Cuidador, desde el Grupo de Trabajo de Psicología del Envejecimiento queremos dar a conocer esta labor y representar, reivindicar y difundir la profesión y el rol del psic ó logo en la atención al cuidador ante la sociedad, el sector de atención gerontológica y la administración.